A Fish Called Wanda de Charles Crichton (1988) (Estados Unidos, Reino Unido)

Un cuarteto de ladrones asalta una joyería para inmediatamente empezar a traicionarse entre sí. En prisión queda George (Tom Georgeson) pero logra esconder antes el botín a espaldas de sus complíces, en gran parte porque desconfía- y con razón- de Wanda y Otto (Jamie Lee Curtis y Kevin Kline) aunque si se fía- nuevamente, con razón- de Ken (Michael Palin). En el enredo subsiguiente, se verá involucrado sin entender una jota el abogado de George, Archie Leach (John Cleese). Sumemos una pecera, varias secuencias de gente que se esconde una de otra, el peculiar uso de los idiomas italiano y ruso, más una aplanadora, para terminar con una de las más memorables comedias de la década de los 80s. Cierto es que toda la parte de comedia «tradicional» ha envejecido algo y se nota, pero la parte Monty Python- no en vano Cleese protagoniza, escribe y hasta se dice que dirige un par de escenas y es Michael Palin quien logra de las secuencias más divertidas, con su serie de gags tratando de eliminar a una testigo- es lo que la hace inolvidable, junto a uno de los mejores (sino el mejor) personajes interpretados por Kevin Kline quien hace de su Otto un imbécil redomado perfecto (y se llevó un sorpresivo Oscar por ello). 07.

The Hallow de Corin Hardy (2015) (Reino Unido, Estados Unidos, Irlanda)

La película brinda un poco de contexto para empezar: Irlanda está pasando por un mal momento económico y surge la peregrina idea de privatizar el último de sus bosques vírgenes. Mientras esta situación se polemiza en radios y opinión pública, un botánico (Joseph Mawle, reconocible cara televisiva de programas como Ripper Street) y su familia viaja al interior profundo del bosque en cuestión para dictaminar el estado de salud de los árboles. Ya desde el pique, están las cartas dadas y son cartas que hemos visto muchas veces antes: el vecino algo ido (Michael McElhatton, otra cara reconocible de la TV, en este caso por Game of Thrones) que les advierte que en el bosque hay «algo» que será peligroso para todos pero en especial para su bebé; la mascota familiar que no para de ladrarle a los matorrales; una ventana que se rompe de noche de la nada; el policía local (Michael Smiley, uno de los actores regulares de Ben Wheatley) que resta importancia a todo, etc, etc, etc. En este contexto tan poco estimulante, hay que admitirle al director Hardy un brío, una polenta muy digna (como suelen tener la gran mayoría de las producciones recientes británicas de horror) porque cuando la cosa se pica, se pica de verdad y- aunque nunca jamás dudaremos de lo que va a pasar, ya que sigue al dedillo el manual de las películas de horror de «familia amenazada por los sobrenatural», decisiones extrañas de los protagonistas con tal de hacer avanzar la trama a donde nos convenga incluidas- llega a poner muy nervioso al espectador en un par de momentos y consigue un relato bastante pasable en definitiva. 05.

Brooklyn de John Crowley (2015) (Irlanda, Reino Unido, Canadá)

Eilis Lacey (Saoirse Ronan) deja la Irlanda de la postguerra y viaja a Nueva York en busca de una nueva vida. Listo. Así de sencillo- y complejo- es el argumento de este hermosísimo drama escrito por Nick Hornby sobre novela de Colm Toibin (y dirigido con mano experta por Crowley) que habla de aspectos tan profundos como pueden ser el desarraigo, dónde está en definitiva el hogar y qué significa ser un adulto que arma y comienza su verdadera vida independiente. Pero todo está contado con mucho humor- no excento de drama, que no melodrama o dramatismo- y poniendo las cosas en perspectiva. Esta es la historia de Eilis y es una historia mínima, chiquita. Pero en sí misma es también una historia universal, la de muchísimos inmigrantes en diferentes momentos de la humanidad, la historia de encontrar un lugar donde poder armar una vida nueva. Lo de Ronan es impecable. Si ya había mostrado sus buenas artes antes, aquí es realmente cuando muestra hasta el último atisbo del inmenso talento que tiene. La secunda un muy buen elenco de caras desconocidas (de entre todos, se destaca Emory Cohen) y tiene dos de esos actores con los que ya ganás un partido ni bien ponen un pie en la cancha: Jim Broadbent y Julie Walters. Si me disculpan la cursilería, es una película simplemente preciosa. 09.

After Hours de Martin Scorsese (1985) (Estados Unidos)

Paul (Griffin Dunne) es un aburrido empleado en una oficina que una tarde luego del trabajo se dedica a tomar un café y releer su «Trópico de Cáncer» de Henry Miller. Conoce en ese café a una hermosa chica (Rosanna Arquette) quien le da su teléfono. Esa misma noche, Paul se anima, llama y contra todo pronóstico, ella lo invita a pasar por su casa, a pesar de que ya son casi las 12 de la noche. Allá va Paul sin imaginar que terminará protagonizando una pesadilla de tintes kafkianos, cuando descubra que es mucho más difícil salir del Soho de Manhattan que entrar. Delirante comedia del genial Scorsese con ribetes casi oníricos, dónde el remolino imposible de escapar envuelve más y más a Paul y la situación se vuelve simplemente farsesca, a medida que la noche avanza y el pobre Paul se ve enredado en incontables absurdos, algunos de ellos negrísimos. Fresquísima comedia a pesar de los más de 30 años transcurridos desde su estreno, Dunne destaca en el protagónico, pero hay espacio para que se luzca un numeroso elenco: Arquette, Linda Fiorentino, Teri Garr, John Heard y Catherine O´Hara, entre otros. 07.

Solace de Afonso Poyart (2015) (Estados Unidos)

Un médico con poderes psíquicos (Anthony Hopkins) vuelve a trabajar para el FBI -luego de unos años alejado tras una tragedia familiar- en la caza y captura de un asesino en serie que podría llegar a compartir sus mismos poderes. Si les suena a algo muchas veces visto es porque lo es. La película parece referenciar los infinitos thrillers de asesino en serie que se hicieron entre mediados de los 90s y 2000 (luego del exitazo que significó Se7en) y como resultado entonces es de lo más genérica. Hay apenas algún apunte de interés- el asesino comete sus crímenes por piedad por tanto la verdadera utilidad de atraparlo es puesta en duda- pero queda bastante lastrado por lo poco inspirado de la realización (dónde apenas algún jueguito visual la saca del completo anonimato). Hopkins protagoniza en completo piloto automático y cabe incluso la duda de que esté durmiendo durante alguna que otra escena. Como complemento positivo andan Jeffrey Dean Morgan y Colin Farrell, que meten un poquito de ganas, y como contrapeso negativo Abbie Cornish que sobreactúa hasta el hartazgo. 04.

Shock Corridor de Samuel Fuller (1963) (Estados Unidos)

Determinado a resolver un asesinato y convencidísimo de que ganará un Pulitzer con ello, el periodista Johnny Barret (Peter Breck) se hace pasar por loco para poder ingresar a investigar al psiquiátrico del condado. Y si algo nos han enseñado filmes posteriores a este como Atrapado sin salida (que se le parece bastante) o aquella con Van Damme que se hacía pasar por un criminal para meterse en una cárcel e investigar un crimen, difícilmente la cosa salga bien. Fuller apuesta al delirio (por momentos casi lisérgico) y a generar una angustiante sensación de claustrofobia, pero hay que admitir que la película no ha envejecido del todo bien. Algunos recursos cinematográficos como la voz en off que constantemente nos muestra lo que piensa Johnny o las pesadillas que tiene son hasta involuntariamente humorísticas. Sumado a lo anterior, mucho ha avanzado la psicología desde entonces y la descripción de algunas psicopatías han quedado añares atrás (como muestra, basta la presentación que hace de las ninfómanas como si se tratara de una jauría de zombies hambrientas). Si tengo que destacar algo, me quedo con la larga fila de locos que van apareciendo a medida que Johnny hace su investigación: el que se cree el Coronel Jeb Stuart, el estudiante negro que cree ser el creador del Ku Klux Klan o el físico nuclear que piensa que tiene 6 años. 06.

Hak se wui de Johnnie To (2005) (Hong Kong)

Pues resulta que las tríadas (mafias) chinas organizan su liderazgo mediante un proceso democrático. Y la tríada que protagoniza nuestra película se encuentra casi al final del mandato de dos años de su líder y comienza entonces el mecanismo que da nombre a nuestra historia (Election en su título internacional) con dos fuertes candidatos: Lok (Simon Yam) y Big D (Tony Ka Fai Leung). Ambos tienen posibilidades (sobornan a todos los demás lo suficiente para ello) pero cada vez se vuelve más claro que quien resulte perdedor no se lo va a tomar con solfa y lo más probable es que haya una guerra, situación que todos tratan de evitar (incluso la policía, quien monitorea todo este proceso). Construyendo con cuidado docena larga de personajes (aunque no logrando evitar que por momentos sea muy confuso reconocer quién es quién o quién trabaja para quién) To apuesta a la creación de un drama criminal pausado, donde la posible solución del conflicto se busca más por la negociación y el diálogo que por el enfrentamiento violento (que los hay, de todos modos). De paso, apela casi que a la pedagogía para explicarnos a nosotros los espectadores la historia de las Tríadas en China y su evolución hasta hoy. Con todo, no logra evitar que su historia termine en definitiva siendo extremadamente sencilla. 06.

Sweet Smell of Success de Alexander Mackendrick (1957) (Estados Unidos)

J.J. Hunsecker (Burt Lancaster) es el columnista de espectaculos más prestigioso de Broadway, con su espacio en el Globe y su programa de televisión semanal. Es, además, un soberbio dictador, cruel y caprichoso, que es conciente de que una mínima mención en cualquiera de sus espacios eleva o condena carreras de artistas, representantes o agentes de prensa. Amparado en este poder, hace y deshace a su antojo. Al desaprobar la relación que su hermana menor comienza con un guitarrista de jazz, pone en movimiento a Sidney Falco (Tony Curtis) un ambicioso agente que sabe que Hunsecker puede sacarlo de las ligas menores. Ambos, Hunsecker y Falco, se encuentran entre los seres más abusivos, despreciables y repugnantes que ha dado vida el cine negro y la película sólo irá desafiando más y más su capacidad de hundirse en el fango. De lo mucho que se puede destacar de esta película- las actuaciones, la dirección- me quedo con la espectacular banda sonora de Elmer Bernstein que es extraordinaria. 07.

Mi gran noche de Álex de la Iglesia (2015) (España)

En la grabación del especial de fin de año de 2015 (que se realiza en octubre) las cosas empiezan a salirse de mambo a medida que los muchos cortes hacen que sea interminable. Uno de esos cortes se debe al tremendo accidente de un figurante y entra en escena entonces José (estupendo Pepón Nieto) cuya historia será sólo una de las muchas que transcurren esa noche, entre ellas la más importante la del cantante Alphonso (un brillante Raphael entregado todo por el todo a reírse de sí mismo) quien tiene que enfrentar a un rival más joven y popular (divertido Mario Casas) al tiempo que un acosador (Jaime Ordóñez) planea asesinarlo. Y estos son sólo un par de las líneas argumentales que se van yendo directamente al carajo a medida que la grabación avanza y avanza y todo empieza a tornarse delirante. De la Iglesia en gran forma- lo que siempre es una gran noticia- entregando una feroz burla al mundo de la TV y especialmente a los especiales de fiestas. Mucho timing y efectividad. 07.

The Big Short de Adam McKay (2015) (Estados Unidos)

Reconstrucción de la crisis económica del 2008 en EEUU (y por ende, en el mundo) luego del estallido de la tremenda burbuja inmobiliaria que se fue formando durante años y años y que aparentemente nadie veía formarse. Bueno, nadie no, ya que la historia es contada desde el punto de vista de un pequeño grupo de personajes- los raros y los outsiders, según la misma película- que si vieron venirse la montaña de caca encima e incluso la aprovecharon para hacer una torta de guita. El grado de complejidad de la trama es… alto, por decir lo menos. Probablemente convenga verla un par de veces para lograr captar en toda su dimensión lo que plantea, los elementos económicos que desarrolla. Ojo, hace un gran, grandísimo esfuerzo para que sea comprensible- y este mismo esfuerzo, que es romper la cuarta pared con un narrador e incluso distintas celebridades que explican conceptos de manera específica, da pie a los momentos de comedia que distienden algo que de otra manera sería extremadamente denso- pero aún así, a mi en lo personal me quedó la sensación de que capté solamente lo general. Que alcanza y sobra de todos modos para darse cuenta lo tremendo que pasó y lo impune que resultaron en definitiva aquellos que causaron la mayor crisis económica en la historia del país del norte (y, reitero, en el resto del mundo por asociación). ¿Cómo logra McKay que un espeso mamotreto sobre economía sea interesantísimo de ver? Pues lo hace a través de una edición vertiginosa- casi de videoclip por momentos, lo que seguro no será para todos los paladares- y se apoya en un BRUTAL elenco para contarla. De los innumerables nombres que aparecen- Brad Pitt, Ryan Gosling, Marisa Tomei, Rafe Spall, Hamish Linklater, Melissa Leo- se destacan dos que son (casi) los protagonistas: Steve Carell, al que le toca en suerte tremenda escena final, y Christian Bale, quien nuevamente demuestra sus inverosímiles capacidades camaleónicas. 09.